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TEN CUIDADO CON TU EGO

TEN CUIDADO CON TU EGO


¿Y qué es el ego? Es tu propio yo agigantado, aumentado de manera exagerada, queriendo alcanzar la altura de Dios. Proviene del primer pecado de nuestros padres, el pecado de soberbia. Querer ser como dioses, alcanzar a Dios, ocupar el lugar de él, ser como él, quitarlo a él, es una vieja aspiración de la humanidad cuando cae en el pecado de soberbia. Y arrastramos ese pecado de generación en generación, y lo respiramos en nuestra cultura, tanto en acciones individuales como colectivas. Desde la soberbia de un individuo que no cede en su orgullo y se hace patán, y tanto en su familia como en su ambiente de trabajo es altanero, grosero, y mira a todos por encima del hombro, haciendo ver que él sí sabe, es el primero en todo, hasta comunidades de todas clases que hacen lo mismo. Todos los grupos racistas que hay en el mundo, que desprecian a los que no son del color de su piel, como los grupos elitistas, que creen que por su dinero o condición social son superiores a los demás, como los pertenecientes a una ideología, partido político o inclusive, naciones, que se creen por eso mejores, más importantes y valiosos que el resto, son víctimas de su ego. 

El ego soy yo mismo pero tocado, intoxicado, envenenado por un pecado que hizo caer al arcángel Luzbel, que se vio tan hermoso y luminoso, que quiso compararse a Dios y se hundió para siempre. El ego es la persona enamorada de sí misma, que se idolatra, se pone por encima de todos y pretende, quiere que todos los adoren. Es propio de dictadores, inclusive cantantes de moda, gente del espectáculo, pintores, deportistas, políticos, que se creen que por sus cualidades son más que otros. Y cualquiera de nosotros puede caer en lo mismo en nuestro pequeño y normal circulo de acción. Pretendemos ser adorados por aquellos que vemos inferiores. Un déspota dueño o gerente de empresa, o un profesor, o religioso, o cualquiera que ejerza cualquier cargo de autoridad puede caer en pecado de soberbia.   

Si conociéramos quién en verdad es Dios. Su poder y su gloria, su sabiduría y misericordia infinita, el no tener principio ni final, el estar en todos lados y sosteniendo todo lo que existe, y tomáramos conciencia de todo lo que ha hecho, el universo entero, caeríamos de rodillas ante él y nos reiríamos de nuestro ego. Veríamos lo pequeño que somos, lo inconsistentes y frágiles que somos. Seríamos muy humildes y sencillos, y solo adoraríamos al verdadero Dios y tendríamos controlado a nuestro ego.